India, el segundo país más poblado del mundo es un mundo aparte, un país de contrastes, desde la pobreza y miseria más extrema al lujo, desde picos nevados a extensas llanuras, de las zonas más desérticas a la abrumadora selva. India no te dejará indiferente, el trayecto es duro pero merece la pena.
Hoy nos levantamos sin prisa, vamos a dedicar el día a realizar compras por Main Bazar, se parece un poco a Kao Shan en Bangkok, con ese aire de mochilero, miles de tiendas y restaurantes, puestos callejeros, vendedores ambulantes...
Llegamos a Dehli sobre las 9 de la mañana. De nuevo la estación nos impacta, es enorme, miles de personas de uno a otro lado, el olor y el calor, mucho calor.
Main Bazar
Hoy día de relax en Khajuraho. Clase de yoga en el jardín, al principio no bajo, todavía me duele la cabeza pero finalmente me animo. Después de la clase me encuentro fenomenal, así que desayuno con ganas.
Lago en Khajuraho
Madrugamos, a las 6.30 de la mañana estamos en un tata dirección Bandhavgarh. Paramos a desayunar en un restaurante de carretera un poco cutre en el que conseguimos pedir unas tortillas de tomate. Al final nos sirven unas de cebolla acompañadas de ketchup.
Llegamos a las 6 de la mañana a la estación de trenes de Khajuraho. Nos abordan los comisionistas de los hoteles, en fin paciencia.
Templos de Khajuraho
Madrugamos para ver amanecer con el Taj Mahal de fondo, para ello vamos al restaurante del Hotel Sani, que tiene una terraza con vistas en el que cenamos la noche anterior.
Son la 1 de la madrugada y llega nuestro taxi para ir al Aeropuerto Internacional de Trivandrum. Llegamos y está cerrado, así que donde fueres haz lo que vieres, nos tumbamos en el suelo de la acera a echar una cabezadita y esperar que abran. Hacemos escala de 20 minutos en Bangalore.
LLegamos a Delhi, estamos muy cansados, hace mucho calor y el paseo desde el metro hasta la estación de tren se nos hace eterno.
